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Monumentos de Toledo (VI): El Hospital de San Lázaro

Un poco más la izquierda de la Plaza de Toros, pero antes de llegar al Hospital Tavera, se hallan los restos del desaparecido Hospital de San Lázaro. Esta institución acogía enfermos de tiña, lepra y sarna, por lo que fue el motivo decisivo para la advocación de San Lázaro como patrono. Fundado a comienzos del siglo XVI por Juan Sánchez de Greviñón, criado de Fernán Pérez de Guzmán, quien también construyó la Iglesia en 1418.

El hospital era atendido por los cofrades de la Hermandad de las Angustias, atendía y curaba a casi cien niños y personas mayores "tan llenos de sarna y tiña que es horror grandísimo sollo vellos". Salían del hospital curados y alabando a Dios, y habilitados para diferentes oficios y con una excelente preparación religiosa y social, que demostraban en los lugares donde trabajaban. La enseñanza estaba dirigida por un rector eclesiástico que nombraba la Cámara de Castilla.

En 1560 volvió a abrir sus puertas ― después de un periodo de cierre por falta de medios económicos ― bajo patronazgo Real, por lo que recibió el nombre de Hospital Real. En 1784 todavía funcionaba pero enseguida debió abandonarse, ya que, en 1833 su solar fue vendido al Ejército para construir un cuartel de infantería. Parte de esos terrenos sirvieron para edificar, a finales del siglo XIX, un Colegio de Huérfanos del arma de infantería, llamado María Cristina, fundado por Fernando Fernández de Córdoba, marqués de Mendigorría y que funcionó hasta que, en 1936, fue devastado en la Guerra Civil.

De la Iglesia sólo se conserva el ábside, donde al hacer una obra a finales del siglo XIX, cuando todavía era un cuartel, se descubrió una arquería mudéjar de la que no se tenía noticia. Es probable que las diversas transformaciones sufridas por el edificio afectaran también al ábside, que se aparta de la tipología característica de Toledo.

Hospital de San Lázaro, en Toledo.

Lo más auténtico es la arquería ciega que repite la combinación de arcos de herradura apuntados cobijados por otro lobulado, tan frecuente en lo toledano, así como el uso de un ladrillo colocado de forma plana en el arranque del arco a manera de salmer. Correspondiéndose aproximadamente con el nivel de esta arquería, se conserva otra en el interior del ábside, cuya traza se simplifica en arquillos ciegos de herradura apuntados, dentro también del modelo toledano.

En 1986 el ábside fue remodelado por completo al ser incorporado a un hotel, por lo que se ha desvirtuado el interior al dividirse en tres funcionales pisos que sirven para restaurante, un bar y la llamada “Habitación Imperial”. En este mismo establecimiento perdura el escudo del citado Colegio de Huérfanos del arma de Infantería.

Fuentes:
  • LÓPEZ-FANDO, A. «Los antiguos hospitales de Toledo». En Toletum, 1, 1955, pp. 96-112.
  • LÓPEZ FANDO, A. y SANCHO SAN ROMÁN, R. Los antiguos hospitales de la ciudad de Toledo. Clínica y Laboratorio, tomo LXXX, 1961.

1 comentario:

  1. No sabía que antes había tenido que ver con la infantería...
    Esta zona de Toledo quizás es menos conocida que el casco, pero la verdad es que es muy bonita. Si le dieran un poco de continuidad a este tipo de arquitectura... quedaría muy bien.

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