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La gran "exposición" de Mussorgsky

Llevaba mucho tiempo sin escribir y ayer, mientras estudiaba (sí, me he matriculado en mi cuarta carrera.. llamadme loca si queréis), al no concentrarme, me puse música clásica. Y, de repente, sonó una música que reconocía pero, no recordaba a quién pertenecía esa pieza musical que, en mis clases de música cuando era pequeña, nos ponían de vez en cuando. Entonces recordé: Cuadros de una exposición, de Mussorgsky. Y, gracias a que lo recordé, decidí llevar a cabo esta entrada. Para ello, os aconsejo lo mismo que en la entrada de Edvard Grieg, reproducid el vídeo que hay más abajo mientras vais leyendo y se os hará más entretenido (eso pienso yo). Espero que os guste...

Por cierto, esta entrada, se la dedico a mi hermana Marisa que, gracias a ella nos volvimos locas allá por la E.S.O. para hacer el trabajillo sobre este compositor y su obra =).

Modest Petrovich Mussorgsky
Modest Petrovich Mussorgsky nació en Karevo, al norte de Rusia, el 21 de marzo de 1839 ─el 9 de marzo, según el calendario juliano─, en el seno de una familia perteneciente a la nobleza rural del noroeste ruso. Su padre fue un terrateniente de origen campesino y su madre fue pianista. Los diez primeros años de su infancia transcurrieron en un ambiente cómodo: escuchaba la música folclórica de su región y trataba de reproducirla en su piano, incluso antes de que su madre le diera sus primeras clases. Fue precisamente con ella, con quien avanzó con tal rapidez que, con sólo siete años, ya era capaz de interpretar música de Liszt.

En 1849, junto a su hermano Filaret, se trasladó a San Petersburgo para preparar el ingreso en una academia encargada de formar a la élite de los mandos militares, en la prestigiosa Escuela de Pedro y Pablo.  En 1852, ingresó en la Escuela Imperial de Cadetes, donde compuso varias obras y formó parte del coro   y, además, allí conoció a Aleksandr Borodín, otro compositor ruso con quien más adelante integró el denominado grupo de "los Cinco".  Además, empezó a frecuentar la tertulia musical animada por Aleksandr Dargomyzhsky y, en una de esas veladas, conoció a Mikhail Glinka, el padre de la nueva música rusa.Un año más tarde, ya había publicado su primera composición: una convencional obra titulada "El Alférez" (Polca). 

En 1856, se unió al Regimiento de Guardias Preobrazhensky. Su formación musical se limitó a algunas lecciones de piano de la mano de Anton Herke, desarrollando también su faceta de actor e improvisador. Un año después, conoció a Mili Balakirev y a Cesar Cui, quienes le animaron a abandonar la vida militar y dedicarse por completo a la composición. Así, comenzó a tomar clases de composición del propio Balakirev y, posteriormente, de Nikolai Rimski-Korsakov

Cuando contaba con sólo veinte años, además de una salud frágil y ciertas dificultades económicas, sufrió una importante crisis nerviosa, lo que le sumergió en una época de grandes conflictos personales: fundó un grupo de artistas y bohemios en su propio apartamento, "Los Cinco" ─Balakirev, Cui, Borodín, Rimsky-Korsakov y el propio Mussorgsky─, con el objetivo común del compromiso con la música nacionalista rusa. En su caso, se relacionaba principalmente con la ópera, siendo su estilo fue el más auténtico y nacional de todos los compositores rusos, ya que su música reflejaba las preocupaciones sociales y filosóficas.

En 1865, fallece su madre su madre, provocándole un ataque que acabó en un delirium tremens. Tras este suceso, su hermano se lo llevó a vivir con él al campo. Allí, entre otras obras, escribió "Una noche en el Monte Pelado". Dos años más tarde, regresó a San Petersburgo, donde empezó la composición de su obra cumbre, la ópera "Boris Godunov", basada en algunos pasajes de la historia del zar Borís Godunov y la lucha entre el pueblo ruso y el polaco, y que, para desaliento del compositor, en 1871, fue rechazada por la Dirección de Teatros Imperiales. Unos tres años más tarde, desarrolló una etapa de enorme creatividad, a la vez que adquirió una gran dependencia del alcohol, lo que le provocó la entrada en una dinámica de abandono, llegando incluso a vivir de la caridad.

Retrato de Mussorgsky, por Ilya Repin (1881)
En tan sólo diez días, en 1874, escribió otra de sus obras fundamentales: "Cuadros de una exposición", partitura para piano que, más tarde, fue orquestada por Rimsky-Korsakov y Ravel, entre otros. En 1881, tuvo lugar su última aparición pública, tras la cual tuvo una crisis epiléptica debido a sus excesos con el alcohol. Fue ingresado en el hospital militar Nikolayevsky, donde fue retratado por Ilya Repin en el famoso cuadro que ilustra casi todas sus biografías, y en el que se le muestra avejentado y destrozado por el alcohol, con el pelo despeinado y bata de enfermo, con una mirada expresiva y dulce. Murió pocos días después, el 28 de marzo de 1881 tras sufrir varios infartos, y fue sepultado en el cementerio Aleksandr Nevsky, de San Petersburgo.

Modest Mussorgsky no logró desarrollar todo su potencial creativo, pero poseía un prometedor talento musical, lo que le convirtió en uno de los músicos más destacados. No obstante, su técnica no estuvo a la altura de sus maestros, por lo que sus obras sobrevivieron gracias a su indudable talento lírico, dramático y pictórico, y que casi todas sus composiciones fueron revisadas por Rimsky-Korsakov antes de ser publicadas porque, según este: 
"Tenía un gran talento, original, lleno de novedades y vitalidad pero al mismo tiempo en sus manuscritos se observan errores técnicos, armonías disonantes, modulaciones ilógicas...".

Cuadros de una exposición.

Compuesta en 1874, esta obra para piano llevaba el título de "Suite Hartmann", debido a que se trata de una colección de quince piezas inspirada en la exposición póstuma de la obra del artista y arquitecto Victor Alexandrovich Hartmann. Los cuadros eran dibujos, acuarelas y maquetas que este polifacético artista realizó durante su corta vida. 

En 1873, tras la muerte de Hartmann, con tan sólo 39 años, sus amigos quisieron hacerle un homenaje: Reunieron, en una exposición, buena parte de su obra, desperdigada en diferentes lugares, en manos de familiares y amigos que no dudaron en cederlas temporalmente para colaborar en esa hermosa iniciativa. Mussorgsky asistió a la exposición disfrutando de cada detalle de los lienzos, tomando apuntes sobre las diez obras que más le gustaron. Hartmann era íntimo amigo de Mussorgsky quien, inspirado por la retrospectiva del artista y con la sugerencia de Vasili Stasov ─protector de artistas y organizador de la exposición─, decidió llevar a cabo la composición de una pieza en la que se dieran la mano lo musical y lo visual, creando una obra de arte en la que las impresiones visuales nos llegan a través de la música. En una carta, Mussorgsky respondió a la idea de Stasov de esta manera:
"Esta clase de trabajo supone un goce para mí; de pronto, e inesperadamente, suena algo que se opone a la tan amada melodía clásica, y que, no obstante, todo el mundo comprenderá de inmediato. Si alcanzara esta meta, consideraría haber logrado una conquista artística".
La obra fue posteriormente orquestada por otros compositores, entre ellos Maurice Ravel. 

Cuadros de una exposición es una suite de carácter descriptivo, donde se encuentra la unidad entre las diferentes piezas a través del tema denominado Promenade ─o paseo─, que aparece al principio de la pieza. En otras tres ocasiones, ese paseo aparece intercalado entre cuadros, aunque siempre de manera variada. De esta guisa, muestra el recorrido del visitante de la exposición paseando de cuadro a cuadro.

La exposición de Hartmann estaba formada por los siguientes cuadros:
  • Gnomos: un gnomo alargando con pasos torpes sus piernecillas torcidas, con aullidos y convulsiones.
  • El viejo castillo: un castillo de la Edad Media, ante el cual canta un trovador.
  • Tullerías: en la alameda de un jardín, algarabía de niños junto a sus juegos.
  • Bidlo: una carreta polaca con dos enormes ruedas, enganchada a dos bueyes. Con un gran manejo de la dinámica, Mussorgski refleja el acercamiento y alejamiento de la carreta.
  • Ballet de polluelos en sus cáscaras: imagen humorística de dos polluelos festivos.
  • Dos judíos polacos: uno rico y arrogante, el otro pobre y plañidero, que refleja el antisemitismo ruso de la época.
  • El mercado de Limoges: unas mujeres discutiendo de forma animada en el mercado.
  • Catacumbas: se ve allí a Hartmann y dos sombras, visitando las catacumbas a la luz de una linterna.
  • La cabaña sobre patas de gallina: una cabaña con forma de reloj, donde vive la bruja Baba-Yaga.
  • La Gran Puerta de Kiev: proyecto de construcción arquitectónica, en el estilo ruso antiguo, con cúpula en forma de casco.

Para un mejor entendimiento de la obra, os dejo un esquema de la estructura de "Cuadros de una exposición", conformada por diez cuadros y cuatro promenades, que se organizan según el siguiente orden ─cada pieza comienza en el minuto que se indica a continuación del título─:
Promenade I (0:00)
         1. Gnomo 
(1:41)
Promenade II 
(4:15)
         2. El viejo castillo 
(5:14)
Promenade III (9:37)
         3. Tullerías
 (10:11)
         4. Bydlo
 (9:37)
Promenade IV (14:13)
         5. Baile de los pollitos en su cascarón (14:57)
         6. Samuel Goldenberg y Schmuÿle (16:16)
         7. Limoges – El Mercado (18:17)
         8. Catacumbas (19:46)
                   Sepulcro Romano
                   Cum mortuis in lingua mortua
         9. La cabaña sobre patas de gallina (Baba-Yaga) (23:29)
        10. La gran puerta de Kiev (27:06)

Fuentes

Escenas de cine (III): Legend (1985)

Hoy en escenas de cine os presentamos una película de la década de los 80, se titula Legend y es del afamado director Ridley Scott. Es del género fantástico, y en principio lo tenía todo para ser un éxito. Tenía presupuesto, un buen reparto, donde aparece un joven Tom Cruise y una, aun mas joven, Mia Sara, así como un irreconocible Tim Currey (sí, el tipo de los cuernos),un director de renombre que ya había cosechado grandes éxitos, impresionantes decorados que conseguían una ambientación espectacular, una magnifica caracterización… (sí, sobre todo la del tipo de los cuernos, cuando le veáis sabréis quien es, no tiene perdida).. Pues como decía, aun teniéndolo todo, le fallaba lo principal, el argumento. Aunque el tema central es la eterna lucha entre el bien y el mal, lamentablemente la historia se quedó corta, y en mi opinión, pecaba momentos demasiado lentos. 

A pesar de todo esto nos atrevemos a recomendarla, pues visualmente, la puesta en escena es sencillamente impresionante, tan solo por eso merece la pena hacer el intento. Quien sabe, a lo mejor os gusta, que nuestras opiniones y nuestros gustos no tienen porque coincidir con los vuestros.



Luis M.G.M.

El Dibujante (IV): Las Cuatro Pascuas


Para el retablo de la capilla mayor de la Iglesia conventual de San Pedro Mártir, que los dominicos tenían en Toledo, Juan Bautista Maíno pintó las cuatro pascuas: La Adoración de los Magos, La Adoración de los Pastores, La Resurrección de Cristo y Pentecostés. Además, el conjunto se completaba con otras pinturas de menor tamaño. Maíno, que nació en Pastrana, se formó como pintor en Italia. En 1611, llegó a Toledo y, en 1612, empezó la ejecución de este importante encargo; al año siguiente, ingresó en la Orden de Santo Domingo. 

Portada de San Pedro Mártir, por Luis M.G.M.
La Iglesia de San Pedro Mártir es obra de comienzos del siglo XVII, de estilo Post Herreriano. La traza inicial se debe a Nicolás de Vergara y la ejecución es de Juan Bautista Monegro. La verdad es que es una Iglesia a la altura de la importancia que los dominicos tuvieron en la ciudad de Toledo. En un primer momento, por la imposibilidad de fundar dentro de la muralla, tuvieron que irse cerca de la puerta del Vado y no es hasta 1407, gracias a la donación de las casas de Doña Guiomar de Meneses, que consiguen ocupar parte del emplazamiento actual que con el tiempo se fue ampliando.

A los pies de la torre mudéjar de la Iglesia de San Román, se sitúa la portada de San Pedro Mártir. En ella, se puede apreciar el escudo Real, la escultura del titular de la casa San Pedro de Verona y las esculturas de dos virtudes teologales la fe y la caridad.

En el siglo XIX, durante la Guerra de la Independencia, gran parte del convento fue ocupado por tropas francesas y los objetos de culto más valiosos fueron requisados cuando los frailes trataban de ponerlos a salvo llevándoselos a Carmona. En 1835, la desamortización de Mendizábal provoca la exclaustración de los dominicos, todos sus bienes son inventariados y posteriormente subastados. El importante fondo pictórico que atesoraba el convento, entre los que se encontraban los lienzos de Maíno situados en el retablo principal, pasan a manos privadas. El edificio que albergaba el convento, pasa a ser propiedad del Ministerio de Guerra. Después, por una permuta, pasa a la Diputación Provincial, que le da distintas utilidades museo, biblioteca y, finalmente, sede de las instalaciones provinciales de beneficencia hasta 1981. Después de unos años, el Ministerio del Interior se hace cargo de la rehabilitación del edificio para utilizarlo como sede de la Delegación del Gobierno en Castilla-La Mancha, pero no llega a ocuparlo, pues lo cede a la Universidad, siendo actualmente la sede de la Facultad de Ciencias Jurídico-Sociales. Hoy en día, la iglesia de San Pedro Mártir hace las veces de salón de actos de la Facultad.

En cuanto a la suerte sufrida por los cuadros de Maíno ante las catastróficas consecuencias de la desamortización de los bienes de la Iglesia para el patrimonio cultural, el gobierno de la Reina Regente María Cristina crea una comisión que tiene como propósito rescatar el mayor número posible de objetos artísticos de los edificios expropiados. Con los de mayor valor, entre los que se encontraban los cuadros del retablo, se consigue crear el Museo de la Trinidad, cuyos fondos se fusionarán posteriormente con los del Museo del Prado pero, ante la incapacidad de recogerlos en sus instalaciones, se distribuyen por diversas instituciones de todo el Estado, con lo que el conjunto que formaba el retablo se dispersa, sufriendo una suerte desigual.  Alguno, incluso, fue robado, aunque afortunadamente en la actualidad todos los cuadros se encuentran en el Museo del Prado.

Retablo de San Pedro Mártir.
La verdad, es una lástima que estas obras de Maino salieran de la ciudad de Toledo y, sobre todo, que el retablo quedara desposeído de ellas. Así, el programa religioso propuesto en él, quedó completamente desvirtuado. Este gran retablo, que consta de tres calles, banco y ático, debe su traza al arquitecto Juan Bautista Monegro y, en él, trabajaron, además del citado Maíno cuyas pinturas decoraban las calles laterales y predela, otros artistas de renombre en su momento, como el escultor y ensamblador Juan Muñoz, y el escultor Giraldo de Merlo. En su día, en la hornacina central del primer cuerpo, había una imagen de la Virgen del Rosario, como advocación primordial de la Orden Dominica. Por encima de ésta, en el segundo cuerpo, se sigue conservando un relieve del martirio de San Pedro de Verona, titular de la casa. Coronando todo el conjunto tenemos un Cristo crucificado, símbolo de la redención, San Juan y la Virgen María y, a los lados, las imágenes de dos santos dominicos: Santo Domingo de Guzmán, fundador de la orden, y Santo Tomás de Aquino. Para que os hagáis una idea de cómo era el retablo en origen, os dejo este fotomontaje.

Al profesar como religioso, Maíno siguió pintando aunque, sin duda, su producción se vio afectada tanto en el número como en la temática de sus obras. En 1620, fue llamado a la Corte por el rey Felipe III para que fuera el profesor de dibujo del futuro Felipe IV. Allí y como hecho curioso, decir que conoció y fue valedor de un joven Velázquez, que empezaba en Madrid.

Para dar a conocer su figura y su obra, el Museo del Prado le dedicó, en el año 2009, una exposición monográfica. Considero que sería de justicia, ahora que se cumplen cuatrocientos años de la realización de estas preciosas pinturas conocidas como las cuatro Pascuas, organizar una exposición en la Iglesia de San Pedro Mártir, con el conjunto completo que decoraba el retablo mayor. Sin duda, sería una suerte poder verlas en el lugar para el que fueron creadas, ver cómo era el retablo en origen y no la sombra de su pasado que es en lo que se ha quedado. Además, sería la excusa perfecta para que se pudiera visitar esta Iglesia, que permanece cerrada al público y sin duda, otro aliciente más para visitar Toledo. Ahí dejo la idea y, quién sabe si con el tiempo y un poco de interés, las obras podrían volver a casa aunque fuera temporalmente.

Del dibujo que presento no voy a contar nada, que por hoy ya me he extendido bastante. Simplemente, os lo dejo, esperando que reconozcáis de quién se trata. Ojalá que os guste y que acertéis su identidad. Bueno, os daré una pista, mi vecina del tercero no es, que nunca ha querido que la dibujara…. Eso lo tenemos que volver a hablar…

Entre sábanas, por Luis M.G.M.
El artista recomendado de hoy es un dibujante excepcional. Es alemán y se llama Dirk Dzimirsky.  

Dedicado con todo nuestro cariño a Carmen, para que desde Inglaterra se acuerde de nosotros. Un beso muy fuerte. 

Luis M.G.M.
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