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Escenas de cine (XVI): Indiana Jones y la Última Cruzada (1989)

Hoy, he decidido recordar una escena de cine que, aunque sé que muchísimos habréis visto (y os parecerá genial, como a mi), otros no sabéis de qué os hablo (aunque podríamos consideraros unos "herejes" del cine).

En este caso os voy a hablar de una de mis películas favoritas: Indiana Jones y la Última Cruzada (1989), de Steven Spielberg, y protagonizada por Harrison Ford y Sean Connery y de la que se cumple este año que viene nada más y nada menos que 30 años. Como curiosidad, diré que Spielberg decidió rodarla en tierras almerienses, poniendo a Almería de nuevo en el mapa con esta nueva superproducción.

La sinopsis de la película (para quien no lo sepa aún) es la siguiente: 

Corre el año 1938 y el arqueólogo y aventurero Indiana Jones (Harrison Ford) recibe por correo un diario escrito por su padre, el Profesor Henry Jones (Sean Connery), que contiene pistas, indicaciones y un mapa sin nombres para encontrar el mismísimo Santo Grial: el cáliz que Jesucristo usó en la Última Cena y en el que está la clave de la vida eterna. 

Más adelante, Indy se reúne con el multimillonario Walter Donovan, quien le da la noticia de la desaparición de su padre. Así pues, Indiana Jones decide enfrentarse a éste para seguir los pasos de su padre hasta el momento de su secuestro. Así, junto a Elsa Schneider (Alison Doody), la ayudante austriaca de su padre en la búsqueda del Grial, irá al rescate y continuará con la búsqueda de la preciada reliquia. Desde los canales de Venecia hasta las vertiginosas alturas de los castillos alemanes y los áridos eriales de los desiertos de Oriente prosigue la búsqueda. Además, también tendrá que enfrentarse a los nazis, que también quieren apoderarse del Grial, ya que éstos planean utilizarlo para dominar el mundo.

De esta forma, se encuentra inmerso en una emocionante aventura en la que, una vez más, tendrá que desafiar a la muerte.

La escena que hoy vamos a recordar está rodada en la playa Mónsul, situada al sur de la serranía del Cabo de Gata. En ella, Indiana Jones y su padre, tras un intento fallido de huir en coche mientras son perseguidos por un avión nazi, llegan a una playa en la que únicamente hay un grupo de gaviotas cercanas a la orilla del mar. Indy echa un ojo a su revólver y se percata que no tiene munición alguna. Es entonces cuando entra en escena su padre: visualiza las aves, le deja la maleta a su hijo, y coge única y exclusivamente su paraguas. Ante la atónita mirada de Indiana Jones, Henry Jones se aproxima de forma veloz a las gaviotas con su paraguas, el cual abre y cierra continuamente mientras imita el sonido de las aves. Así, consigue hacerlas volar desesperadamente hacia el avión nazi, que pierde el control y se estrella contra las rocas de la playa. Seguidamente, pronunciará la frase con la que da sentido a su personaje, y con la que Indy mira con admiración a su padre:

"De pronto recordé lo que dijo Carlomagno: ¡Que mis ejércitos sean las rocas y los árboles y los pájaros del cielo!"

Cabe destacar que en la escena, el equipo de la cinta tuvo que usar su ingenio para que hubiera aves en la playa. Así pues, usaron figuras de cerámica para los planos lejanos, mientras que para el momento de la desbandada, optaron por unas palomas blancas, porque eran más tranquilas y manejables a la hora de rodar.

Espero que os haya gustado y, aquéllos que aún no la hayan hecho, se animen a ver esta gran película. Ahí va esta genial escena de cine...


1 comentario:

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