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Visión realista, pintura impresionante: Antonio López

Hace un par de noches, paseando por Toledo, me topé con una tienda en la que se vendían cuadros de todo tipo, pero, predominaban ante todo, paisajes toledanos. Una de esas obras, captó mi atención casi al instante, puesto que parecía una fotografía. Sin embargo, y si no me equivoco, era una fotopintura. El caso, que en ese momento, recordé a un grandísimo artista español que mi abuelo me enseñó cuando era pequeñita: Antonio López. Es, seguramente, el pintor y escultor más importante que haya dado el Realismo español de los últimos cien años. Espero que, aquéllos que no lo conozcáis, conozcáis a un gran artista y, aquéllos que lo conozcan ya, que os guste lo que escribo...

El artista manchego Antonio López
Antonio López García nació en Tomelloso (Ciudad Real) el 6 de enero de 1936, meses antes de que estallara la Guerra Civil. Hijo de labradores acomodados del importante núcleo manchego y sobrino y discípulo de Antonio López Torres, supo muy pronto que los sentimientos son “la materia básica del proceso creativo y el vehículo para establecer la comunicación con los demás”. Tal vez, por ello, en 1949, se trasladó a Madrid con intención de ingresar como alumno en  la Real Academia de Bellas Artes de San Fernando. Tras frecuentes visitas al Museo de Reproducciones Artísticas y a la Escuela de Artes y Oficios, consigue ser admitido con apenas 13 años. Allí, coincidió con artistas de la talla de Enrique Gran, Amalia Avia, y Lucio Muñoz. Siguió estudiando en esta institución hasta 1955, cuando recibió una beca para viajar a Italia, donde conoció de primera mano la pintura italiana del Renacimiento. 

Una vez finalizados dichos estudios, Antonio López comienza a trabajar en Tomelloso y Madrid hasta 1960. A partir de 1957 y hasta 1961, realizó sus primeras exposiciones individuales en esta última ciudad. El 30 de junio de 1961, contrae matrimonio con María Moreno, que también se dedica al arte de la pintura. De esta unión nacerían dos niñas: María (21 de mayo de 1962) y Carmen (28 de abril de 1964).

Desde 1964 y hasta 1969 fue profesor encargado de la Cátedra de Preparatorio de Colorido en la Escuela de Bellas Artes de San Fernando. Durante la mayor parte de su carrera, Antonio López ha trabajado prácticamente solo, en medio de un panorama artístico dominado, en primer lugar, por la abstracción y el informalismo y, posteriormente, por las corrientes conceptuales.

Antonio López recibió el Premio Príncipe de Asturias de las Artes en 1985.

LÓPEZ, Antonio. Gran Vía (Oléo sobre tabla, 90,5 x 93,5 cm)
En 1992, el director cinematográfico Víctor Erice filma el largometraje "El sol del Membrillo", centrado en el proceso creativo del artista Antonio López mientras pinta un membrillero del patio de su casa y, posteriormente, fue galardonado con el Premio de la Crítica Internacional del Festival de Cannes de 1992 y con el Hugo de Oro a la Mejor Película de Ficción del Festival Internacional de Cine de Chicago.

En enero de 1993, es nombrado Miembro de Número de la Real Academia de Bellas Artes de San Fernando. 

Antonio López retrata la vida cotidiana y los rostros y paisajes que le rodean con una fidelidad y profundidad sólo comparables con su extraordinario lirismo, por lo que se le considera uno de los máximos exponentes del Hiperrealismo del siglo XX. El artista siempre ha sostenido la teoría de que "la fuente máxima de creatividad es la libertad y que, incluso en las civilizaciones atrapadas por costumbres y religiones asfixiantes, es posible alguna clase de libertad expresiva". 

Sus trabajos son muy minuciosos y transmiten una melancolía que sorprende en escenas tan prosaicas. La crítica relacionó sus primeras pinturas con el Realismo Mágico, aunque esa apreciación seguramente adolece de la misma inexactitud con que otros especialistas establecieron posteriores relaciones con el Ultrarrealismo. La obra de Antonio López es demasiado personal para ser clasificada sin titubeos.

Antonio López transforma en arte los aspectos más cotidianos de la realidad con una elaboración lenta, metódica y meditada a más no poder, con el fin de captar la esencia del objeto, paisaje o figura representada.  El género que más se repite en las diferentes etapas de su carrera es el paisaje, que casi siempre es fruto de su fascinación por el entorno urbano. Antonio López observa la ciudad en momentos que los demás emplean para el descanso y se dedica a estudiarla durante largos periodos de tiempo antes de ponerse a pintarla. Después, retoca, rehace y corrige de una manera casi obsesiva, llegando a recuperar piezas que ya estaban en manos de sus clientes para darlas otro enfoque. De hecho, muchas veces, a modo de síntesis de su proceso creativo, ha recalcado: "Para mí, la palabra acabar, no existe". Esta persistencia hace que su producción sea aún más escasa, lo que desespera al limitado grupo de coleccionistas que se pueden permitir el pago de los extraordinarios precios que alcanzan sus obras. 

El artista manchego también trabajó en otros dos grandes géneros: la naturaleza muerta y el retrato. Otorga una excelente importancia a cada objeto representado en sus bodegones, rodeándolos de un ambiente poético increíble gracias a una gama de colores delicados y tenues. La escultura es la técnica escogida por el artista para modelar la figura humana, ya que le permite profundizar en la habitual inquietud que siente hacia la forma de las cosas, su volumen y la materia de la que están hechas. 

En 2006, se le concede también el Premio Velázquez de Artes Plásticas. Antonio López es uno de los pocos artistas de su generación que no se decantó por la Abstracción, ya que nunca ha dejado de mostrar interés por las nuevas tendencias en Arte. Esto puede deberse a que nunca tuvo la sensación de que la novedad tuviera que suponer un peligro para las cosas importantes, sino que, para Antonio López: “el lenguaje de la pintura ha ido haciéndose más complejo porque el mundo también se ha vuelto así”. 

A pesar de su avanzada edad, pretende seguir trabajando a diario, y lo hace “con el mismo entusiasmo que antes, pero con más armas. Me noto con más seguridad y con más derecho para ser yo mismo. Me parece que éste es el punto de partida que no puede fallar, es lo que puedes entregar a los demás”.

Para aquéllos que les interese, dejo una lista de reproducción sobre Antonio López y su obra. Aparte, os dejo un enlace a otro vídeo de 1987 de RTVE, en el que Antonio López está en plena Gran Vía pintando quizá, su obra más conocida. Espero que os guste.


Fuentes: 

7 comentarios:

  1. Gran artista. Yo lo descubrí gracias al libro que me enseñaste, y a partir de ahí he estado viendo cosas suyas, y desde luego que es un artista impresionante, pero no solo por su pintura, sino también por su escultura. Su realismo y su tratamiento de la luz hacen que sus obras sean mas reales que la propia realidad.

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  2. Y yo le conocí por mi abuelo, que era un gran amante de todas las obras de Antonio López... ¡¡Qué razón tenía!! =)

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  3. gran artista... y gran texto este sobre el!
    Tieneis en Norogaca el don de la palabra ;o)

    he estado ahora contemplando un rato al cuadro del Gran Vía q reproducís, dejandolo ocupar toda mi pantalla. mirando las sombras y las matices de colores me entraba poco a poco el sentimiento esa inquietante de q esto no es un reproducción del sitio Madrileño (al que parece) sino un paisaje mental.
    No se, quizás una metafora idiota, pero creo que este experiencia es un hermano chiquitito del "salto de vista" que tenia vuestro Andrea Vesalio cuando se daba cuenta q el clásico griego esa no es de anatomía humana sino de anatomía de monos.

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  4. Me alegra que esta sección cause tanto impacto =)

    Puede parecerte que es una reproducción de un lugar mental, pero, si visualizas el enlace que lleva al video de RTVE (no he podido incrustarlo en el blog porque la misma página de RTVE no deja incrustarlo salvo a un par de aplicaciones y no incluye blogger), puedes ver cómo Antonio López va pintando (allá por 1987), poco a poco, ese lienzo.

    A mi particularmente, me parece increíble el método que utiliza para medir las figuras y edificios, así como el uso de los colores adecuados para darle esa sensación de realidad.. Una realidad que resulta, o al menos a mi, impactante... Parece que estás ante una fotografía, y de repente, te das cuenta que es un óleo tan real que puede llegar a confundirnos. En definitiva, Antonio López me parece un pintor increíble y que pocas veces se tiene a un artista como él entre lis mayores representantes del hiperrealismo.

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  5. Desde luego que es increible ver como puede dibujar esto entre vallas en medio de la gran vía. Raras veces podemos verla tan vacía. Esta pintura, para mi, supera la realidad.

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