Miles de veces he escuchado la frase de "Estos jóvenes de hoy en día... ya no son como los de antes". Y es que no por repetirla más veces va a llegar a ser verdad. Y aquí traigo una entrada para demostrarlo.
Seguramente muchos piensan que el botellón es algo de los "jóvenes de ahora", pero nada más lejos de la realidad. El botellón, como muchas otras cosas, llevan existiendo desde tiempos inmemoriales, pues beber en la calle comprando la bebida en una tienda en vez de en un bar, no creo que sea ninguna modernidad (eso sí, antes se le llamaría "verbena" o algo parecido).
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| Portada del Corral de don Diego |
Y es que lo que no se puede negar es que en todas las épocas hay energúmenos, borrachos y gente maleducada que no hacen nada más que molestar a los demás con ningún otro fín que el de estropear cualquier cosa. Esto es exáctamente a lo que se dedicaban algunos bargueños con sus caballerías en el Corral de don Diego en 1793, a beber y a molestar a los vecinos dejando todo "hecho un estercolero" como bien define el documento del que voy a hablar.
Es por todo esto, por lo que el 8 de agosto de 1793, Juan Bello, bordador de la Catedral de Toledo, realiza una súplica al Corregidor de la ciudad para que ordene el traslado de
las caballerías de los bargueños. Propone la plazuela de Santiago "u otra parte que tenga por conveniente" para evitar los daños ocasionados a los vecinos del Corral de don Diego.
Esto demuestra que no son los jóvenes de hoy en día el problema, sino los energúmenos, que por desgracia, resisten el paso del tiempo.
Aquí tenéis el documento donde podéis leer sus peticiones.
(fol. 1 recto)
Illustrísimo Señor //
Juan Bello, Bordador de esta Santa Yglesia // y Vecino de esta Ciudad,
ante Vuestra Señoría Ylustrísima, con la // mayor sumisión y respeto
espone: que la // Casa que habita se halla sita en la Plazu // ela
principal del Corral de Don Diego, y en ella // el paradero de todas las
Caballerías ma // yores y menores de los Bargueños y Traji // neros que
vienen a esta ciudad, en un // total abandono casi todas las horas del
// día por sus dueños contra todas reglas // de policía, de lo que
resulta hallarse su casa, // como las demás de los vecinos, sin //
entrada ni salida e incomodados a lo // sumo a causa de que dichas
caballerías // impiden su paso, y por más que hace no // puede conseguir
apartarlas de su puerta // sufriendo su familia mil improperios // y
desbergüenzas de los dueños de más // quando intentan retirarlas de la
puerta //
(fol. 1 vuelto)
para poder salir o entrar en casa, es // puesto a que me maten, o alguno
de mi // casa, como pocos días hace estubo a suceder // a uno de mis
hijos, que al tiempo de pa // sar una Caballería mayor empezó a coces //
y fue un milagro no me la estrellase. Y // por las vozes y quimeras que
de resultas // de benir vevidos tienen continuamente, // no dejan tener
ningún sosiego a mi fami // lia ni vecinos en la siesta. Y ultimamente
// espongo, como por vecino estoy obligado a te // ner limpio el recinto
de mi casa por policía // y no puedo conseguirlo a causa de que por //
las Caballerías se halla en el mismo ins // tante en que se barre
[h]echo un estercolero // y espuesto a que segunda vez se me multe //
sin tener yo culpa ni mi familia. Para // ello, en esta atención //
A Vuestra Señoría Ilustrísima suplico se sirva dispo // ner y mandar
que las tales Caballerías // las lleben a la Plazuela de Santiago // u
otra parte deonde tenga por combeniente, // y por este medio evitar el
que los Bar // queños maltraten de palabra a mi // familia y empedir a
ésta el golpe de //
(fol. 2 recto)
alguna caballería, como es fácil suceder. // Que es justicia que pido y
en ello reciviré // merced. Toledo, 8 de Agosto de 1793. //
Juan Bello [rúbrica] //
Fuentes:
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