Hoy, Google dedica su Doodle a Luis Coloma. Para quien no lo sepa aún, fue el autor del célebre cuento del Ratoncito Pérez. Por ello, me he decidido a hacer esta entrada, contando el por qué de ese cuento y la tradición que le damos actualmente. ¡Espero que os guste!
El Doodle de Google dedicado a Luis Coloma |
El Padre Coloma, a los 24 años. |
Luis Coloma nació en Jerez de la Frontera (Cádiz), el 9 de Enero de 1851. A los 12 años entró como alumno de la escuela Naval de San Fernando pero lo dejó para estudiar Derecho en la Universidad de Sevilla. Gran aficionado a las letras, se trasladó a Madrid pero nunca ejerció como abogado, sino que se dedicó a colaborar en distintos periódicos defendiendo la Restauración de los Borbones. Una grave herida en el pecho, en 1872, mientras limpiaba un revólver afianzó su decisión de dedicarse al sacerdocio. Fue entonces cuando marchó a Francia y se hizo jesuita, compaginando sus labores como Consejero Espiritual de la Corona y miembro de la Real Academia de la Lengua (1908). En 1877, vuelve a España para dedicarse a tareas educativas en Sevilla, Galicia, Murcia y Madrid. También continuó con el periodismo y se consagró a la literatura. Pasó del costumbrismo y los relatos cortos a la sátira social, donde su novela Pequeñeces (1891) es considerada su obra maestra.
Contribuyó con su buen hacer literario a la revaloración y difusión de los motivos y cuentos populares, afición que le contagió su querida y vieja amiga Cecilia Böhl de Faber, escritora más conocida como Fernán Caballero.
A finales del siglo XIX, desde Palacio, le pidieron al padre Coloma que escribiera un cuento a Alfonso XIII,que por entonces tenía 8 años, y se le había caído un diente. Al jesuita se le ocurrió la historia del Ratoncito Pérez, protagonizada por el rey Buby, que era como la Reina Doña María Cristina llamaba a su hijo, el futuro Alfonso XIII.
“El rey niño Buby I colocó su diente debajo de la almohada, como es costumbre hacer, y esperó impaciente la llegada del ratoncito. Ya se había dormido cuando un suave roce lo despertó.”
Luis Coloma cita como residencia de la familia Pérez una enorme caja de galletas Huntley, en los sótanos de la famosa tienda de Carlos Prast (realmente fueron dos: una confitería y una tienda de ultramarinos), situada en el número ocho de la calle del Arenal de Madrid. El pequeño roedor se escapaba frecuentemente de su domicilio y, a través de las cañerías de la ciudad, llegaba a las habitaciones del pequeño rey Buby I (Alfonso XIII) y las de otros niños más pobres que habían perdido algún diente, despistando a los gatos, que siempre estaban al acecho.
Ratón Pérez |
El manuscrito autógrafo del padre Coloma, con su firma y una dedicatoria al rey Alfonso XIII, se conserva en la cámara de seguridad de la Real Biblioteca de Palacio Real.
Manuscrito original de Ratón Pérez, de Luis Coloma. |
En la Biblioteca Nacional hay una edición de esta misma obra realizada en Wisconsin, Estados Unidos, en 1950. También se publicó en japonés, en 1953.
Ahora los niños le dirigen cartas a su domicilio de la calle Arenal e incluso llegan a mandarle sus dientes por correo, sin perder esa gran ilusión que este ratón muy pequeño, con sombrero de paja, lentes de oro, zapatos de lienzo y una cartera roja, colocada a la espalda, siempre les ha hecho sentir.
En la actualidad, Ratón Pérez comparte sus funciones con el hada Tooth Fairy, en los países anglosajones; La Petit Souris, en Francia; y otras formas de actuación menos conocidas, todas ellas alimentando una ilusión compartida por todo el mundo: en Italia, "Topolino" o "Topino" (Ratoncito), o "Fatina" (Hadita); en Cataluña está "L'Angelet" (El angelito); en el País Vasco, "Maritxu teilatukoa" (Mari la del tejado); etc....
En la antigua casa del ratón Pérez, actualmente, hay un museo muy bonito y dedicado a este personaje: la casa museo del Ratoncito Pérez. Juan Carlos y yo fuimos a verlo el año pasado y, la verdad es que, por muy mayor que seas, siempre te seguirá quedando ese recuerdo de los nervios que sentíamos cuando éramos niños y se nos caía un diente. Si no habéis ido aún a verlo, os aconsejo una visitilla. No se tarda más de una hora en verlo y os encantará.
Fuentes:
Me encantó la visita a la casa museo del ratoncito Pérez, y se lo recomiendo a todo el mundo, ya sea mayor o pequeño, no se tarda mucho, el chico que te lo explica es muy majo, y además está en plena calle arenal de Madrid, y estando tan céntrico hay muchas cosas que ver por allí. En mi opinión, si se pasa por allí es visita obligada si nunca has ido. Es una historia muy bonita, y merece la pena conocer de donde salen esos cuentecillos y tradiciones de cuando somos pequeños.
ResponderEliminarAsí somos en España más pobres que las ratas, pero al menos estas nos traen ilusión jeje. Una bonita historia, pero... ¿Alguien sabe para qué se llevaba los dientes el ratoncito Pérez? A mí siempre me habían dicho que era para hacer perlas... ¿Es cierto?
ResponderEliminarEsta muy bien el blog, no lo conocía hasta ahora, me pasaré más a menudo a leerlo. Aprovecho para felicitarte el 2012, un saludo!!
ResponderEliminar¡¡Nos alegramos de que te guste nuestro blog y te damos la bienvenida!! Además, puedes seguirnos en twitter, en facebook y en Google+. Aparte, puedes hacerte seguidor, que nos hace mucha ilusión cuando vemos un seguidor nuevo =)
ResponderEliminarY, para finalizar, te deseamos también un feliz 2012. Un saludo.
PD: Borja, cuando yo era pequeña, me decían que los dientes del Ratón Pérez los utilizaba para construir las casas de la ciudad donde vive, jeje!! =)
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